Un compás de espera hasta salir de la hibernación económica latente que al comercio digital le llega tras registrar una facturación global récord en 2019, de tres,5 billones de dólares.
Viento en popa en el y también-commerce a lo largo de la pandemia económica provocada por el Covid-diecinueve. Aunque no a toda candela y con ráfagas de marejada, a fuerte marejada, en determinados campos de actividad. Así se podría redactar la página actual del Cuaderno de Bitácora actual del comercio online. Un largo mes después de que la crisis del coronavirus adquiriese el indiscutible estatus de contagio global.
Aaron Orendorff, especialista en Critical to Customer (CTC) -o sea, en análisis de comportamiento del consumidor digital- y ex- responsable de Shopify Plus, empresa de servicios para plataformas de comercio online, ha revelado datos globales del comportamiento de los negocios del campo privado en estas semanas críticas, en las que la recesión está haciendo mella en la totalidad de las potencias industrializadas y grandes mercados emergentes. En mayor o menor dimensión
. A partir de un indicador en el que se compilan datos de 20 cuentas en línea con una ratio de gasto anual del entorno de los cincuenta millones de dólares y que, en su métrica, incluye cifras de facturación y rentabilidad económica (RETA), así como costes como los de eficacia promocional o proporción de clics para formalizar una adquiere.Y de sus revelaciones, se asegura que, en Estados Unidos -datos que entonces han sido confirmados por Rakuten Intelligence, el centro de investigación de esta empresa japonesa, la tienda on-line más grande de Japón- entre el doce y el quince de marzo, los desembolsos en e-commerce medraron un 36 por cien en términos interanuales, “casi dos veces la tasa de desarrollo generada en el conjunto del pasado ejercicio económico”. El viernes pasado, tres de abril, la última radiografía actualizada antes del cierre de esta edición, precisaba que el negocio on line registró un alza de ingresos del treinta y tres con ocho por cien , con un repunte de los gastos de los consumidores del 7,64 por cien y una ratio de rentabilidad del veintiuno con seis por ciento . Si bien este dinamismo depende de la demanda de productos en un periodo de alarma social, de economía de subsistencia, como la han denominado algunos líderes políticos.
Los productos de limpieza e higiene y los alimentos de primera necesidad, los esenciales en la cesta de la compra, se llevan la palma.Su creciente demanda y las soluciones online en pleno confinamiento de las sociedades civiles, explican este salto cuantitativo. Frente a las caídas de la moda y prendas de confección por lo general o bien los de belleza.
“
El negocio en línea ha sentido el impacto del coronavirus”, afirma Cherene Aubert, directora de Client Marketing Strategy, quien asegura que “la mayoría de los usuarios han elevado su cliqueo, aunque sin decantarse inicialmente por confirmar las compras, aunque al final, tras un periodo de mayor reflexión de los habitual, acaba decidiendo con rapidez una selección de contingencia de sus altas preferencias iniciales”. Casi siempre, a través de marketplaces. “Más que en páginas web de empresas y proveedores o de productos concretos”, aclara. En este sentido, Orendorff incide en otro dato constatable que explica el boom digital a lo largo de la crisis. “Afortunadamente
, la mayoría de los servicios de tarjetas de crédito están respondiendo a la catástrofe económica con celeridad y eficiencia, que incluye también a sus servicios de asistencia a clientes”. Los grandes beneficiados del impacto del Covid-diecinueve han sido las ventas de productos médicos, de cuidado e higiene infantil, de limpieza y de alimentación, frente al descenso del comercio de joyas, ropa y moda, automoción y herramientas o bien viajes. La firma estadounidense Klaviyo, de servicios en línea de comercio y marketing, con sede en Boston, ejemplariza el comportamiento del consumidor en línea de Estados Unidos frente a la pandemia del coronavirus, con datos de evolución diaria.
Ante de la pandemia del coronavirus, las compras on line monopolizan ya el comercio minorista en el mundo. En 2019, el y también-commerce facturó tres,53 billones de dólares, una cifra casi equivalente al Producto Interior Bruto alemán, el cuarto del planeta. Con perspectivas de duplicar sus ventas en dos mil veintidos, hasta los 6,5 billones, sobre la economía de Japón, la tercera global. El reto de la digitalización de las cadenas de valor se ha transformado en un desafío para las compañías que han seguido a pies juntillas en la última década el leimotiv al uso de las bigtchs -“
crece rápido o bien muere lento”- con el que explican su salto a los primeros peldaños en prácticamente todos los parámetros que miden el tamaño y dimensión del sector privado global; desde la capitalización bursátil, hasta la facturación o las ventajas.
Y con el que describen sus estrategias sin fisuras en defensa de sus negocios globales que serán, sobre todas las cosas, digitales. Como alertó en 2017 John Chambers, presidente de Cisco Systems: “al menos el cuarenta por cien de los ingresos, tal como los conocemos hoy día, perecerá en los próximos diez años si los directivos no somos capaces de descubrir cómo realizar una conversión de arriba a abajo en las compañías para adecuarlas a la innovación tecnológica”.
El reto de la industria digital es, puesto que, mayúsculo. Mas la recompensa es demasiado suculenta para ignorarla. El negocio 4.0, derivado de la Revolución Industrial en innovación, añadirá más de 12 billones de dólares al Producto Interior Bruto global en 2025; cifra equivalente a las economías conjuntas de Japón, Alemania y Reino Unido, augura Boston Consulting Group. Si bien ya un lustro antes, anticipa Doug Gates, responsable de industrias manufactureras, aeroespaciales y de Defensa de KPMG International, Internet de las Cosas (IoT), será capaz de producir tres,7 billones de dólares de riqueza. Gates situó, pues, su predicción para dos mil veinte. Por lo que, para ser exacto, erró en meses su cálculo prospectivo.
Porque el acuerdo del mercado habla de que el y también-commerce, ya antes de la aparición del Covid-19, concluiría este año con 4,2 billones de dólares de flujos de recursos y de mercancías, con previsiones de poder duplicar este volumen de negocio, hasta los seis con cincuenta y cuatro billones, en dos mil veintidos.
Sin embargo, el recorrido del e-commerce en dos mil veinte puede verse seriamente perturbado por los bruscos vaivenes de la pandemia del coronavirus sobre los hábitos de consumo y la virulencia de la recesión global. Es tal y como si la incertidumbre haya aparecido para quedarse buena parte del presente ejercicio. Si bien, en principio, y según eMarketer, la propensión a no acudir a centros comerciales generada por los estados de alarma favorece el negocio del comercio electrónico. Prácticamente la mitad (47.2 por cien ) de los internautas de Estados Unidos encuestados por Coresight Research en el tercer mes del año aseveraba eludir acudir a supermercados. De igual forma, uno de cada 3 -el trescientos veintisiete por cien - ya eludía ir al pequeño comercio. Un cambio de hábitos de compra en toda regla. Generalmente,
las ventas de productos básicos de consumo (CPG) están aumentando, algo totalmente punto previsible.Si bien, y a tener de los primeros datos estimativos de la consultora Nielsen, “hay productos que están siendo singularmente demandados”, por encima de cualquier otro, como las ventas de leche de avena, que lo han hecho en un increíble 305.5 por cien en la semana que terminó el pasado 22 de febrero, frente a las de agua mineral que, paradójicamente, sólo lo hicieron en un 5.1 por cien ; bajo el levanta de legumbres y bebidas energéticas, por poner un ejemplo.
Nielsen habla del mercado estadounidense. Las semanas previas a su pico de contagio, que le ha transformado en el epicentro de la pandemia del Covid-diecinueve, con Nueva York en el disparadero. Mas, ya entonces, el informe de la firma americana señalaba que
los artículos GPC relacionados con la salud “estaban creciendo”. En especial, las ventas de mascarillas, en un 78 por ciento a lo largo de la primera semana de las 4 que finalizaron el veintidos de febrero, al cotejar su tasa de adquisición on-line en términos interanuales; esto es, con el mismo periodo de dos mil dieciocho. Y, en la cuarta semana, sus ventas se incrementaron hasta en un trescientos diecinueve por ciento .
El salto del mercado de los comestibles online
“Es entendible, dada la inseguridad en torno al coronavirus, que poblaciones vulnerables eviten ambientes físicos que aumentan las posibilidades de exposición”, afirma Andrew Lipsman, analista de eMarketer. “Pero las necesidades de los hogares no desaparecen súbitamente sino todo lo contrario; más bien, aumentan debido a la petición de las autoridades a sus sociedades civiles de que se queden recluídos en sus casas, lo que genera que numerosas personas deban buscar recursos para hacer acopio de comestibles y bienes de primera necesidad”, resalta. Fenómeno que explica que cada vez más usuarios asistan al y también-commerce para evitar salidas de sus hogares y que justifica la sobrecarga de las compras on-line. Los clientes de Amazon han recibido en las últimas datas notificaciones del tenor “lamentamos que su entrega llegue tarde” en los que se ven en la obligación de rememorar que
“la mayoría de los bultos tardíos llegan en un día”y a reconocer explícitamente que “si no ha recibido su paquete para mañana, puede pedir un reembolso o un reemplazo”. Además de permitir que aquellos usuarios que deseen adquirir artículos para el hogar y alimentación de Amazon Prime Now también puedan anticipar retrasos.
La compañía de Jeff Bezos ha afirmado que tanto la página web como la aplicación móvil están a veces saturadas y que “la disponibilidad de entrega puede ser limitada”.
Al margen del coronavirus, en todo caso, las ventas de alimentación en línea han aumentado como la espuma en los últimos ejercicios. El valor de mercado de este segmento comercial se llegó a duplicar entre dos mil dieciseis y dos mil dieciocho, según Business Insider Intelligence, desde donde se sugiere que “los consumidores han comenzado a adoptar pautas más cómodas y ordenar la adquisición en línea de ciertos productos alimentarios y recursos esenciales”.
No desean barreras temporales ni sacrificios presenciales.Los comibles son las estrellas de los Consumer Packaged Goods (CPG) en EEUU. “Puede que no sea un hábito indiscutible aún; mas, desde luego, su consumo on-line está cada vez más familiarizado”, apuntan en este informe que apuestan por los recursos grocery como valor en alza.
Entre otras razones, debido a que sus firmas han logrado notables ventajas competitivas y han sabido explorar los espacios de comunión entre los agentes que intervienen en este mercado y las preferencias de los usuarios, señala Business Insider Intelligence (BII). Hasta el punto de haber conseguido elevar la curva de equilibrio entre “las ofertas de entrega y las demandas” a golpe de clic. Amazon -afirman- ha hecho una apuesta decidida por poner a pleno rendimiento sus capacidades de servicios de comibles online, mientras Walmart aún resalta en un lugar señalado de su home-page -o sea, en su frontispicio-, sus ofertas brick and mortar -ladrillo y mortero- de tienda tradicional. En un lugar intermedio, aunque más próximo al éxito de Amazon que a la indefinición de Walmart, se encuentran Kroger o Aldi, empresas que operan con terceras firmas como proveedores de sus servicios.
En su mantenimiento wordpress barcelona , no obstante, los expertos de BII no descartan que la pandemia del Covid-19 sea precisamente el pistoletazo de salida que dirija a este segmento de actividad a otra dimensión en su desafío on-line. Por el hecho de que los comibles son una pequeña porción dentro del y también-commerce. Sólo el diez por ciento de los usuarios estadounidenses de las compras en red dice adquirir regularmente alimentos, según una encuesta de NPD. A pesar de que este mercado ha pasado de movilizar doce millones de dólares en dos mil dieciseis a los veintiseis en 2018. Ejercicio en el que el negocio digital americano sobrepasó los 632.000 millones de dólares, en términos globales, como recogen los datos de IBISWorld.
En este sentido, también surge otra dinámica favorable. El acuerdo que comienza a forjarse entre diferentes países para regular apropiadamente el e-commerce transfronterizo. seo experto madrid el reto común de reducir las barreras de tránsito entre mercados, una de las quejas más frecuentes de las firmas de alimentación, y progresar las garantías y los derechos de los usuarios. Hasta 75 países han acordado participar en una ronda de conversaciones de la OMC para tratar este tema que se inició el mes pasado de marzo, en plena pandemia del coronavirus. Esta búsqueda de una solución global no resulta casual. No por casualidad, 700.000 millones de dólares del valor total del e-commerce mundial del pasado año -tres con cinco billones- fueron compras transfronterizas. Pese a que
no existe como tal un compendio normativo internacional que las regule.En un momento de máxima efervescencia online. McKinsey Global Institute presagia que en dos mil veintiuno se superará la barrera del billón de dólares de comercio business-to-consumer (B2C) en el planeta. Pero va aún más allá: en caso de que se concrete una legislación al empleo,
el y también-commerce se multiplicaría por cuatro o 5 su dimensión.China, el mayor escaparate en línea, EEUU y Europa forman parte de los países que defienden la confección de este acervo mundial, al que se declaran reacias naciones como India, Pakistán o bien Sudáfrica, que ven con preocupación el acceso de multinacionales de distintos campos a sus mercados domésticos.
Visto en perspectiva, sin embargo,
el panorama del y también-commerce en tiempos de crisis como los actuales, también registra voces críticas.La fase regresiva derivada del coronavirus la examina en el día a día desde su declaración oficial como pandemia global aplicaciones como Ccinsight en Europa y R. Unido -denominado así por ser el acrónimo de Covid-19 Commerce Insight-, que baraja operaciones que, en conjunto, superan el billón de dólares en más de cuatrocientos millones de transacciones. La mayoría, entre diferentes mercados. Esta website ofrece, en consecuencia, una radiografía pormenorizada del mercado interior y de su, todavía, socio británico. Y sus primeras conclusiones aceptan un levanta de operaciones digitales, mas con una caída de ingresos. En línea con las críticas vertidas desde las asociaciones de y también-commerce de la Unión Europea, que no observan con demasiado optimismo el futuro a corto y medio plazo. En su opinión, la
crisis del coronavirus conducirá a sus firmas asociadas a un horizonte de descenso de ventas y recortes de empleos.La app sólo refleja una mínima caída de facturación, si bien no de transacciones, en el conjunto de campos productivos. Sin embargo, las encuestas de las patronales europeas del comercio electrónico entre los directivos de sus empresas constatan que casi dos terceras unas partes de los sondeos (el sesenta y cinco por cien ) aguardan un retroceso de ventas, el cierre parcial o bien total de negocios a lo largo de la cuarentena y reducción de plantillas. Mientras un cincuenta y cinco por ciento estima que tendrán inconvenientes de financiación, retrasos en entregas y perturbaciones en el normal desarrollo de sus flujos de caja. El 70 por ciento atribuye los descensos de ingresos mayoritariamente a la bajada de ventas y el cuarenta y cinco por ciento a pérdida de vigor de la demanda y a la disminución de sus stocks.
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